Los sueldos se pagan cada vez más tarde, no hay inversiones, ni obra pública. Los intendentes siguen esperando poder usar parte del dinero que reciben del bono para gastos corrientes. Los servicios públicos están en emergencia, la situación internacional del mercado petrolero, a pesar del leve repunte, no ayuda. Esta es la realidad de Chubut. La pregunta es cómo están trabajando los representantes del Ejecutivo y los diputados para salir de esta situación. En la virulencia política de estos últimos días se esboza una respuesta. Se ve poco trabajo y mucho de lo otro. El Ejecutivo no logra instalar mecanismos que aporten al consenso y en este sentido, los intermediarios que ha puesto en la Legislatura, han fracasado todos. Desde el propio oficialismo le juegan una interna a Mariano Arcioni. No sorprende, muchos no lo querían en el sillón de Fontana 50, creen que no lo merece, que no es digno sucesor de Mario das Neves. El PJ – FPV viene expresando su rechazo a las leyes de Emergencia Económica y Pacto Fiscal (acuerdo al que han adherido 17 provincias y que ha sido avalado por sus respectivas Legislaturas en 14). El Ejecutivo ha intentado varias veces sacar este paquete de leyes que considera indispensable para el futuro inmediato. En ese punto están ambas partes desde hace meses. Cada uno busca su tajada de la situación, cada sector negocia con sus propias condiciones. Y el Ejecutivo parecería, en principio, no encontrar las cartas justas para la negociación. En el medio renuncia, por propias internas en el Gabinete, el ministro de Economía, Pablo Oca. La noticia es operada por propios dasnevistas en medios nacionales. La presión se vuelve grande. La soga se tensa un poco más. Anoche las versiones en Fontana 50 hablaban de renuncia, del cansancio de Arcioni. Las fuentes indicaban que el Gobernador se encontraba en un estado de desborde ante las constantes trabas que se le presentan, y la falta de soluciones. Más temprano, Arcioni tuiteó hablando de la situación del Chubut y del fracaso de la sesión extraordinaria (ver tuits abajo). La soga ya no tiene resto y, en principio, no hay muchos dispuestos a ceder. La pregunta es ¿y si se corta qué? ¿Cambia y llega la solución mágica?
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