Argentina
Viernes, 29 marzo 2024
REGION
7 de noviembre de 2020

Liga de gobernadores: el anhelo del sur unido

La unidad patagónica es un viejo anhelo político. Las necesidades económicas y políticas lo ubican dentro de las posibilidades pero no todos están en la misma sintonía. El escenario actual y las limitaciones de la unidad. La mirada de cada provincia

Liga de gobernadores: el anhelo del sur unido - La Tecla Patagonia

Por Alejandro De Angelis 

Desde que la Argentina es una Nación, la Patagonia es un territorio a ser conquistado. Desde Julio Argentino Roca hasta Raúl Alfonsín, desde Felipe Sapag hasta Néstor Kirchner, no hubo hombre de la política que no intentará hacer del cono sur un territorio mucho más cercano al centro de poder, a la capital.

Por historia, el sur siempre ha sido tanto política como socialmente el sitio más postergado. El rechazo tiene varias explicaciones: la primera y más evidente su clima, algo que con el tiempo y el avance de la tecnología se fue mitigando; otra causa es sus enormes distancias, también acortadas por las nuevas telecomunicaciones y el transporte áereo; por último, su densidad poblacional. Nadie se ve tentado a conquistar un reino despoblado.

Sin embargo, desde la Patagonia, desde el territorio más austral, siempre ha sido una meta de los dirigentes unir a la región en pos de lograr una mayor entidad a la hora de atravesar las fronteras de Buenos Aires. Nunca se logró. Los caudillismos, los regionalismos y la falta de predisposición d la contraparte, el poder central, evitó tales posibilidades.

En los últimos meses, el gobernador neuquino Omar Gutiérrez decidió encarar la dificultosa tarea de unir a los principales dirigentes de la región,  desde La Pampa hasta Tierra del Fuego, con un objetivo político: aunar fuerzas para lograr una mayor capacidad de negociación en los reclamos conjuntos, algo tan necesario como imposible de lograr hasta hoy.

En anhelo de Gutiérrez no fue repentino. Trajo detrás suyo dos antecedentes. El primero tiene que ver con la historia y el legado de uno de sus antecesores, el exgobernador neuquino Jorge Sapag, que en su momento actuó en pos de lograr una Liga de Gobernadores patagónicos, movimiento político que llegó a ubicarlo muy cerca de la Rosada, que por entonces se encontraba al mando de la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en tiempo donde soplaba viento sur. La segunda motivación es más cercana, y responde a la necesidad del mandatario neuquino de ubicarse en el escenario político como el nexo entre la región y el Presidente de la Nación, Alberto Fernández.

En ese último punto entra en juego la relación entre ambos dirigentes. En sus ya tres arribos a la provincia en apenas 11 meses de gestión, Fernández se encargó de resaltar a Gutiérrez como un “amigo”. Las reuniones entre ambos se sucedieron y la idea del Presidente de contar con aliados, por fuera del entramado heredado por el kirchnerismo, fue otro de los sustentos. También primó allí la condición de “independiente” del Gobierno del MPN que, juntos como Somos Río Negro, representa fuerzas claves para un Ejecutivo nacional que aún busca afianzarse y acumular poder para avanzar en sus lineamientos. 

A ello se suma la intención federalista del primer mandatario nacional que, desde el discurso y las acciones, busca diferenciarse del anterior Gobierno de Cambiemos y, al mismo tiempo desmarcarse de su propio estigma, el de ser un cuadro nacido y constituido en la Ciudad de Buenos Aires.

Los indomables

Para quién quiera conquistar la Patagonia, el escenario político no es nada fácil. Con aparente calma, las diferencias internas y hacia afuera lo vuelven un territorio hostil, que nunca se comportó como una unidad, ni siquiera cuando un Presidente de la Nación, como Ricardo Alfonsín, posó su mirada allí e instó a una centralidad de la región, encontró apoyo unánime.

La empresa de Gutiérrez de conformar la Liga de gobernadores patagónicos se encuentra en nacimiento. Lo único que se sabe hasta el momento es que el mandatario se encuentra activo, manteniendo comunicación con representantes de todos los Gobiernos provinciales para lograr acercar posiciones y mandar un mensaje a Buenos Aires.

En el camino, encuentra algunas dificultades evidentes. La principal tiene que ver con las distintas realidades de cada producción, que van desde la matriz productiva hasta el posicionamiento político, sin dejar de perder de vista la realidad económica. Allí resulta inequiparable la realidad neuquina, de estabilidad y proyección a futuro con Vaca Muerta como principal motor, con la actual crisis que atraviesa Chubut, que incluye un debilitamiento de la representatividad y un acortado margen de maniobra ante las dificultades económicas.

En el terreno político, las características de la negociación también se vuelven cuesta arriba. La Pampa, la provincia que es y no es la región, siempre pugna por diferenciarse y alinearse con Buenos Aires. Bien al sur, Tierra del Fuego se convierte en la principal aliada del proyecto del gobernador Gutiérrez, ante la necesidad de una mayor representatividad en las grandes demandas. En Santa Cruz, la línea directa de Alicia Kirchner con la Rosada dificulta la negociación, ya que no existe necesidad allí de un consenso que empodere. Por último, la disputa con Río Negro es por la conducción de un posible bloque patagónico. Con Neuquén pujan por ser los territorios líderes, tanto económica como políticamente, y a ello se suma que ambas provincias cuentan con fuerzas provinciales consolidadas.

Calle 44 Num. 372 La Plata, Buenos Aires. Argentina
+54 (0221) 4273709
Copyright 2024 La Tecla Patagonia
Todos los derechos reservados
By Serga.NET