En un giro inesperado para el gobierno provincial, China, principal prestamista de capital para la construcción de la obra pública nacional, frenó el envío de fondos por falta de pagos y la construcción de las represas santacruceñas empieza a tambalear. Se trata de los dos diques que se encuentran sobre el río Santa Cruz, nombrados “Presidente Néstor Kirchner” y “Gobernador Jorge Cepernic”, ex Cóndor Cliff y Barrancosa, respectivamente. Los nombres fueron cambiados desde Nación en un intento de mejorar las condiciones edilicias de las obras. Sin embargo, para financiar esta mejora, se había llegado a un acuerdo con China. El plan era simple, un contrato que establecía que, tras cinco años y medio de empezada la construcción, el país debía comenzar a saldar la deuda con el país asiático. Eso no ocurrió y los chinos no tardaron en frenar el envío de dinero. El plazo se complicó, en medio de la crisis económica, y ahora se habla de la posibilidad de llevar al país a un default si no se llega a un acuerdo con los inversionistas chinos. El encargado de negociar es el ministro de Economía, Martín Guzman, que buscará hacer lo imposible para gestionar el pago de unos US$1500 millones que ya destinó a la instalación de las centrales Néstor Kirchner-Jorge Cepernic Esta empresa china, llamada Gezhouba, tiene un contrato que data desde agosto de 2013, cuando el gobierno de Cristina Fernández anunció la importante obra para el sur del país. Fue un año después, en la visita de Xi Jinping, el presidente chino por aquel entonces, que se firmó el contrato de financiamiento con un grupo de bancos chinos. China Development Bank Corporation (CDB), Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China Limited (BOC) se comprometieron entonces a aportar 4714 millones de dólares para financiar la obra a una tasa de interés Libor + 3,8%. Sin embargo, las complicaciones que existen a la hora de solventar la deuda por parte del gobierno argentino, parecen poner en disputa la alianza. De momento, la obra deberá parar porque le cortaron el chorro de inversiones y Guzmán deberá ponerse al día con las tareas para gestionar los pagos. Caso contrario, la continuidad de las obras corre un gran riesgo. |