31 de julio de 2024
ENERGIA
Planta de GNL: el proyecto en el cual Weretilneck se jugó el “todo por el todo”
El gobernador de Río Negro consiguió la tan ansiada instalación de una planta de Gas Natural Licuado en Punta Colorada, luego de semanas de disputa con el mandatario bonaerense Axel Kicillof para que la misma se llevara a cabo en Bahía Blanca. La Tecla Patagonia habló con analistas políticos para saber acerca de sus lecturas al respecto
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck consiguió que la instalación de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) se lleve a cabo en su territorio, más precisamente en la localidad de Punta Colorada, luego de semanas de disputa con el mandatario bonaerense, Axel Kicillof, quien pretendía que el proyecto se realizara en la ciudad portuaria de Bahía Blanca.
En las últimas horas de la tarde de ayer, y luego de una reunión que encabezó el Directorio de la empresa estatal YPF, se dio a conocer la elección por unanimidad para que la planta de Gas Natural Licuado se construya en Punta Colorada, Sierra Grande, ubicada en la región sudeste de la jurisdicción patagónica.
El proyecto conjunto entre las compañías YPF y Petronas (cuyo origen es de Malasia) demandará entre US$30.000 y US$50.000 millones en cuanto a la construcción de la obra, y se estima que, para el año 2031, se podrían dar exportaciones anuales totales por alrededor de US$30.000 millones, tanto en producción de gas como de petróleo.
Hace algunas semanas, la provincia de Río Negro daba un paso clave en la búsqueda de quedarse con la planta de GNL al ser la primera jurisdicción del país en adherir al Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI) a través de la aprobación que se dio en la Legislatura, lo cual generó una evidente ventaja sobre la provincia de Buenos Aires.
La inclinación de YPF y Petronas por Río Negro para realizar una inversión multimillonaria probablemente haya tenido tintes políticos, teniendo en cuenta la evidente enemistad que existe entre el presidente Javier Milei y Axel Kicillof, quien por ejemplo no adhirió al Pacto de Mayo firmado el 9 de julio pasado en Tucumán, algo que sí hizo Alberto Weretilneck.
En este contexto, La Tecla Patagonia consultó a dos analistas políticos para conocer acerca de cuáles son sus lecturas respecto a la decisión tomada por la compañía nacional estatal.
“Lo que veo fundamentalmente es que la diferencia radica en que Weretilneck es gobernador de una provincia en la cual su máxima ambición política es defender los intereses de los rionegrinos, y lo cierto es que trabajó para eso. Hábilmente se movió, negoció muy bien con sus senadores esa cuota de poder que tiene para los proyectos que le interesaban al Ejecutivo nacional, escuchó lo que dijo el presidente de YPF acerca de la importancia de la adhesión al RIGI y fue la primera jurisdicción que lo hizo. A su vez, planteó que la empresa Petronas va a tener amplia libertad y que no habrá corporaciones en el directorio. Es decir, Weretilneck jugó todo por el todo a que el proyecto se haga”, expresó Carlos Germano en primer lugar.
“Por su parte, Axel Kicillof está en un proyecto personal de liderar el postkirchnerismo y ser candidato a Presidente, y creo que en esa especulación justamente especuló demasiado, valga la redundancia. Trabajó para el sector de la sociedad que lo elige, y considero que fue un error estratégico importante”, agregó el analista.
Por otro lado, Lasse Paniceres indicó en primer término: “Primero que nada, hay dos dimensiones de la decisión tomada por YPF: una nacional y una provincial. En la primera mencionada, creo que primó el criterio político, es decir, la rivalidad Milei-Kicillof, eso fue lo central en la determinación, más allá de los criterios técnicos. Las diferencias políticas entre ambos fueron decisivas en el sentido de que era otro lugar o definitivamente parar el proyecto, y ahí fue cuando apareció Río Negro”.
Sobre esa línea continuó: “Ahí aparece la dimensión provincial. Río Negro hizo un trabajo muy fuerte de vocería y respaldo al proyecto, no comulgando con Milei, sino con los intereses de la jurisdicción, teniendo una mirada provincialista y una idea de rivalidad contra los gobiernos centrales y contra Buenos Aires. Pensemos en el antecedente más antiguo que fue la generación de las represas hidroeléctricas, las cuales fueron hechas bajo la excusa de producir valles irrigados y cuando la iniciativa se terminó, fue para la provisión de energía para el cinturón fabril de la Argentina. Es decir, teniendo en cuenta experiencias del pasado toma peso la reivindicación de los recursos”.