23 de septiembre de 2010
SANTA CRUZ
Obsesión energética
Proyectan generar en menos de 10 años 2.300 megas con obras hidroeléctricas. La usina termoeléctrica en Río Turbio y el desarrollo de energía eólica. La oposición cuestiona los altos precios y las ONG’s su calidad ambiental
Presentes en cada discurso y propaganda emitida por el gobierno provincial, las megaobras que encara Santa Cruz apuntan a cambiarle la cara a un distrito cuya economía gira en torno a la administración pública y a los dividendos que arroja una actividad cuyo recurso no es renovable: el petrolero. En medio de la estepa, donde los vientos suelen superar con comodidad los cien kilómetros por hora, ya pueden verse las primeras torres de electricidad del sistema interconectado nacional; obra que -según anticipan- es la clave para transportar los 2.300 megas que acumulan los proyectos energéticos que ya están en marcha. Las obras en sí mismas -excepto una- no son resistidas ni por la más férrea oposición, pero sin embargo, vienen recogiendo críticas y denuncias que van desde sobreprecios hasta la calidad ambiental.
Una obsesión
La generación de energía es la gran obsesión de Santa Cruz. Desde hace algunos años comenzó un plan energético que parece llegar al punto más alto con las represas sobre el río Santa Cruz, conocidas con el nombre de “Cóndor Cliff” y “La Barrancosa”. Tres son las megaobras previstas para los próximos seis a siete años: la usina a carbón en Río Turbio (240 megas); las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa (1.740 megas), y los proyectos eólicos (255 megas). En total, unos 2.300 megas, mucho más de los 40 que consume Río Gallegos, la capital y el distrito mayormente poblado de la provincia.
Pero uno de los proyectos es considerado crucial y el que posibilitará la realización de todos los demás: el tendido eléctrico que conectará a toda Santa Cruz con el resto del país y que ya se encuentra en su etapa final. En marzo se concretó la apertura de sobres para la licitación de una de las últimas fases del interconectado eléctrico nacional que atravesará de punta a punta el territorio santacruceño. Se trata de la construcción de la línea de transporte de alta tensión de 500 Kw de Pico Truncado -La esperanza-; en 220 Kw a Río Gallegos; 220 Kw a Río Turbio y 132 Kw a El Calafate.
En esa oportunidad, el gobernador Daniel Peralta (PJ) afirmó que la obra es “la columna vertebral” que permitirá electrificar la provincia y abrirá las puertas a la salida de energía generada por el resto de los proyectos provinciales. Pero en su largo serpenteo por la Patagonia, el interconectado arrastra una denuncia en el tramo Puerto Madryn - Pico Truncado: la Coalición Cívica habló de un presunto pago de sobreprecios por 150 millones de pesos. La incomunicación eléctrica de Santa Cruz con el resto del país ocasionó la creación en 1989 de un fondo para financiar las obras (ley 23.681). Por este motivo, los usuarios del país abonan un recargo de 0,6 por ciento, conocido como el seis por mil. En la cámara baja, existen nueve proyectos para derogarlo, pero hasta el momento, ninguno consiguió el objetivo.
El dinero del fondo fue destinado para que la Empresa Servicios Públicos Sociedad del Estado (SPSE) haga las inversiones y reduzca el nivel de tarifas con el objeto de que alcancen el nivel promedio del resto del país y hasta tanto se produjera la interconexión de la provincia al Sistema Argentino de Interconexión. Pero la oposición sostiene que se desconoce cómo se han manejado esos fondos, cuál ha sido el avance de las obras, las licitaciones realizadas, y el estado de ejecución del presupuesto. Consideran que es un impuesto encubierto y que los fondos fiduciarios han sido utilizados para distraer recursos públicos sin un marco de regulación ni control presupuestario y legislativo. También que no goza de transparencia y “establece una grosera inequidad entre los habitantes de las distintas provincias”. En Santa Cruz se cubren. Afirman que se trata de proyectos que son un “revanchismo político” por encontrarse la Presidencia en manos de los Kirchner y que el seis por mil dejará de ser percibido cuando efectivamente toda la provincia esté interconectada eléctricamente al país. La concreción de las obras hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz -con entrada en funcionamiento prevista para 2015/2016- permitirá sumar al sistema eléctrico nacional 1.740 MW (megavatios). Según informaron autoridades del Gobierno nacional, el complejo Cóndor Cliff - La Barrancosa tiene un valor, hoy, de 2,33 millones de dólares por megavatio.
Se trata de dos represas sobre el río Santa Cruz que se van a hacer en dos etapas, una al oeste, y la otra, al este del río, con interconexión al sistema nacional eléctrico. Respeto del plazo de obra, se indicó que es de 6 años, y se estimó que una vez comenzada Cóndor Cliff, a los dos años se iniciarían las tareas de La Barrancosa. Se proyectan unos 4 mil puestos de trabajo en forma directa e indirecta en la faz inicial, siendo el presupuesto estimado superior a los 15 mil millones de pesos como valor de referencia inicial (casi tres presupuestos enteros de la provincia al año). En cuanto a su financiamiento, recientemente se expresó que éste contempla aportes nacionales en un 70%, y un 30% es conseguido a través del grupo que gane el proceso licitatorio que debe ser aportado, no solamente por el grupo con capitales propios, sino con financiamiento internacional que dependerá fundamentalmente del BID y la Corporación Andina de Fomento. En el mes de mayo de 2010 se abrieron los sobres de las ofertas económicas de los consorcios que pugnan por realizar las obras: los grupos están conformados por las siguientes empresas: Roggio, Techint, Esuco y Supercemento; el compuesto por Electroingeniería, IECSA y el Grupo Cartellone; y un tercero que está integrado por IMPSA, Camargo Correa y Corporación América. Serán 240 megas los que se van a generar a través de la usina termoeléctrica de Río Turbio, como se conoce a la obra que se realiza en la cuenca carbonífera, que consiste en una usina que utiliza el carbón del yacimiento de la zona. Se presume que Río Turbio posee 450 millones de toneladas de carbón, que equivalen a 375 años de marcha continua con la central a plena potencia. Para poder abastecer la central térmica, la empresa Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), llamó a licitación internacional para abrir tres frentes largos de producción para alcanzar el millón de toneladas de carbón al año. Actualmente, la obra se encuentra en plena ejecución y es realizada por la empresa Isolux Corsán. Por estos meses, se encuentra en realización de la base de concreto que soportará la usina y sus calderas que -la primera de ellas- llegó al puerto de Punta Quilla, en el buque BBC Ontario, promediando el mes de noviembre de 2009. Una de las claves de este proyecto -según sus férreos defensores- es que permitirá contar con energía abundante y a bajo precio. La central de Río Turbio va a producir un kilovatio con 2.186 kilocalorías, y va a trabajar con suministro de carbón bruto del yacimiento, que se va a procesar en una premolienda en boca de mina y luego será transportado a un sector de acopio con capacidad para 30 días de funcionamiento.
Para la construcción del complejo termoeléctrico, se prevén 42 meses de trabajo, el empleo de alrededor de 1.500 trabajadores y la generación de un campamento grande en Río Turbio y otros menores en 28 de Noviembre. Además, la empresa constructora sostuvo que las plantas están clasificadas en ISO 14.000 desde 2001 y también el certificado ISO 9000. Las autoridades sostienen que la usina permitirá poner en valor el carbón de la cuenca, diversificando así la matriz energética nacional, que se verá potenciada con la construcción de centrales de energías alternativas, como la eólica y biocombustibles.