31 de marzo de 2011
MARCELO GAMARRA
La mano derecha de Martín
“El Negro”, como lo apodan, maneja los contactos con las
grandes empresas. Lo definen como un “abogado vivo que sabe leer muy bien los expedientes”. Hay quienes le dicen “Cajero”
Expeditivo, hábil y amigo del trato cordial, Carlos Marcelo Gamarra encaja perfectamente en ese heterogéneo grupo al que pertenecen los “tipos” sencillos. El concepto es amplio, pero sirve para definir a los que se esfuerzan por conservar su perfil aún después de haber pegado el “gran salto”. Y sin dudas, Marcelo lo pegó.
Con cincuenta abriles encima y un título bajo el brazo, el Dr. Gamarra es un hombre exitoso. No sólo porque mira a Neuquén desde El Rincón, uno de los barrios más confortables y exclusivos que ésta pueda tener, sino porque su trabajo tiene fuerte injerencia en ella. Es nada menos que su secretario de Infraestructura. El que se reúne con los representantes de Cliba y el que charla con la Indalo de Cristóbal López.
Gamarra es mucho más que uno de los caballeros de la mesa chica del intendente Martín Farizano, es al que todos señalan como su mano derecha. El que participa de aquellas reuniones en las que se toman decisiones fuertes, y el que opera en los vínculos que unen al jefe con los popes de los otros partidos. Porque, hay que decirlo, también está metido en la campaña.
“Es el que le administra la caja”, comentan los que se jactan de conocer la relación. Y a tal punto ha llegado su acumulación de poder, que no faltan los que lo señalan como “una especie de viceintendente”. Sin dudas, un tiro por elevación hacia su amigo Martín. Pero hasta donde se sabe, Gamarra no ha exteriorizado intenciones de buscar un cargo electivo. “No tengo ninguna aspiración de ese tipo, soy un empleado que lleva 27 años en la municipalidad”, dijo a La Tecla Patagonia y agregó que su ingreso se remonta a la intendencia de Sobisch.
Los conceptos que sobre él se escuchan cambian según el interlocutor. Pero “todos” dicen conocerlo: funcionarios, dirigentes y legisladores le consagran elogios y reproches. Están los que lo definen como un estudioso de los expedientes y sus resquicios. Pero no faltan los que lo consideran un “boga”, “simpático”, “astuto”, “vago” y “entrador”.
El Negro
“El Negro no está”. Esta fue la respuesta que una de las empleadas de su oficina le dio a este medio cuando preguntó por él en el cuarto piso del edificio municipal.
“El Negro”, así le dicen a este abogado que se crió en Neuquén y que se formó en la Universidad Católica de Córdoba.
Aquellos que lo conocen cuentan que su padre fue suboficial del Ejército, su madre ama de casa y que siendo todavía joven unió su vida a la de hija de Don Montani, un prestigioso empresario que consagró su esfuerzo al equipamiento de oficinas.
Así como “El Negro” hizo carrera en el municipio, los Montani lo hicieron en el comercio, y un día los universos se tocaron. Es que Montani Hnos. SA le vende sus productos a la comuna.
Alcanza con darle una repasadita a los boletines oficiales o navegar por internet para constatarlo. Uno de los expedientes (el 371/2010, publicado el 7 de enero último) le adjudicó la compra directa de muebles por $ 2.930. Y como ese, otros más: muebles por $ 15.247,50 (expediente 079/09) y productos por $ 4.582 (expediente 029/09).
Los montos no son elevados, pero todo suma. “Trabajamos mucho con el municipio porque tenemos productos que permiten aprovechar muy bien los espacios”, dijo una de las empleadas.
“No tengo idea porque no es un área que maneje yo”, dijo Gamarra a La Tecla Patagonia y agregó que “todo lo que es compra y contrataciones se maneja a través de la secretaría de Economía”.
“Toco de oído, lo tendría que investigar”, sostuvo al ser consultado sobre si había algún impedimento legal, y acotó lo siguiente: “Tengo entendido que al ser una sociedad anónima no hay ninguna incompatibilidad”. Aseguró que ya no está ligado a esa compañía de la que alguna vez fue asesor legal, y que su mujer “es directora de una empresa de productos de venta directa” (consagrada a los perfumes).
Agua de río
Los paisajes costeros parecen ejercer en Gamarra una singular atracción. No sólo porque las orillas de aquel country son bañadas por las aguas del Neuquén, sino porque hay dos episodios que lo vinculan con el Limay. Uno tiene que ver con el balneario Gatica (ver aparte) y el otro con un desalojo ocurrido en el Paseo de la Costa.Lo del desalojo es desopilante, y vale la pena repasarlo, aún a riesgo de omitir algunos detalles.
La historia -o, en rigor de verdad, el capítulo que pasaremos a repasar- comenzó en mayo de 2003, cuando el municipio inició un proceso para desalojar a un puestero (empleado suyo) que no quería abandonar su casita de ese predio en el que se desarrollaría el proyecto.
La más poderosa de las comunas neuquinas vs su sereno. El resultado fue lógico: lo pusieron de patitas en la calle. En todo caso, lo curioso vino después: en marzo de 2007 el juez reguló los honorarios profesionales en algo más de 14.000 pesos para todos los actuantes, pero quince días más tarde afinó el lápiz y los llevó a más de 12 millones. Eso no es todo: ante la insolvencia del “usurpador”, dispuso que pagara el Estado, ya que la demandante era una sociedad llamada Cordineu (integrada por el municipio y la provincia).
Dicen que el cambio en el monto fue porque primero se calculó por la casa y luego por todo el predio, y que uno de los abogados que apelaron fue Gamarra. Ahora contó que renunció a los honorarios de Cordineu y que el resto todavía está en trámite de regulación.
De bajo perfil
Pese a sus obligaciones, se ha esforzado por cultivar el bajo perfil. No busca exponerse, ni quiere eclipsar a nadie, pero siempre está ahí, en los lugares claves.
Estuvo cuando los jefes locales del Casino Magic -propiedad de Cristóbal López- firmaron la ejecución de un sistema de riego para la ciudad, y estuvo cuando hace sólo unos pocos días el PJ consagró la fórmula Farizano - Parrilli, con la que busca arrebatarle la gobernación a Sapag.
Siempre está. Pero asegura que no es la mano derecha “ni la mano izquierda”, sino que pertenece a “un equipo de funcionarios” en el que “hay varios” a los que puede considerarse mano derecha.
Sobre su participación en la campaña sostuvo que a Farizano lo acompaña “en algunas ocasiones”, pero no es el único ya que “también está el presidente del partido, Alejandro Vidal”.
“No tenga dudas que es del grupo selecto como también lo son Vidal y (la secretaria municipal de Hacienda, Cecilia) Bianchi”, dijo un viejo correligionario.
La oposición ha buscado horadarlo. Sabe que pegándole a él, golpea a Farizano. Pero no ha sido exitosa en esa tarea. Lo acusan de ser el ejecutor de un plan orquestado para “eludir los controles que podría ejercer el Concejo Deliberante”, pero no pueden probarlo.
“Este gobierno tiene mejor relación con las empresas que con la comunidad”, dijo uno de los concejales consultados por La Tecla Patagonia, y se largó a enumerar: hizo la vista gorda pese a la extracción de áridos en el Gatica (asunto en el que están involucradas constructoras de barrios privados), se preocupa por la continuidad de Cliba (la recolectora de residuos) y no se le conocen exigencias para con la compañía Indalo, cuyos micros evidencian un peligroso deterioro.
Martín ha decidido darle la gran batalla al MPN y no se sabe lo que hará “El Negro”. ¿Seguirá sumándole años a su legajo municipal?, ¿continuará ligado a los destinos del Intendente? Por lo pronto, ha dicho que lleva diez años en cargos importantes y que eso produce “un desgaste personal”.
Le quedan tres años para jubilarse y quiere trabajarlos. Luego -dijo con ironía- “le voy a pedir a Farizano que me nombre en la gobernación”.
Nota completa en la Revista La Tecla Patagonia Nº 33.