22 de marzo de 2012
EL ANUNCIO MAS LARGO
Chihuido divide las aguas
La construcción sigue en el terreno de las buenas intenciones y hay polémicas. Una de ellas es por las intenciones del gobierno neuquino de eximir de impuestos a las empresas preadjudicatarias. Un aliado habla de “mano negra”
“La Presidenta está trabajando fuertemente para la construcción de Chihuido I”. Palabras más, palabras menos, eso es lo que Amado Boudou dijo en el Aeropuerto de Neuquén, cuando el anuncio oficial sobre el inicio de las obras se esperaba con la misma ansiedad con que se lo seguía aguardando “al cierre de esta edición”.
La declaraciones del entonces ministro de Economía remiten a octubre de 2010. Es decir, cuatro meses después de que la represa hidroeléctrica -valuada en 5.687.876.717 pesos- le fuera preadjudicada a la UTE que integran Electroingeniería SA, Constructora OAS LTD; CPC SA, Hidrocuyo SA y Rovella Carranza SA. Luego se abrió un largo compás de espera, en el que el Gobierno nacional maneja los tiempos y el neuquino desespera.
Lo nuevo es el contrapunto que se abrió a partir de las declaraciones del presidente de Emprendimientos Hidroeléctricos (Emhidro), Elías Sapag, quien adelantó las intenciones de liberar de la carga impositiva a ese grupo que se nutrirá de capitales brasileños y que reconoce a exitosos empresarios de la era kirchnerista en su heterogénea composición. Ahí están tanto Osvaldo Acosta como el archiconocido Cristóbal López.
La posible exención de Sellos e Ingresos Brutos generó la reacción del diputado provincial Pablo Todero (FpV), cuyo pedido de informes fue avalado por otros legisladores del arco opositor (como Manuel Fuertes, de NCN; Jesús Escobar, de Libres del Sur; Raúl Dobrusín, del UNE y Rodolfo Canini, del MUN). Lo que advirtió es que va a poner la lupa sobre esos “300 millones de pesos” (que supuestamente se pretende eximir) y que no va permitir que se favorezca a empresarios amigos.
“Esto no es poner trabas. Soy uno de los tantos interesados en que la represa se haga, pero no a cualquier costo”, subrayó al ser consultado por La Tecla Patagonia.
La espera
¿Momento político?, ¿ausencia de recursos? Además de la inversión carioca, la megaobra necesita un flujo de más de mil millones de dólares por parte de la Anses y son varias las preguntas que surgen a partir de la inacción de Balcarce 50. Por lo pronto, el diputado Daniel Baum espeta a grabador prendido lo que otros no osarían decir: “Espero que no haya ninguna mano negra trabajando en contra de un proyecto que va a beneficiar a la provincia y al país”.
“Lo que llama la atención -agrega en diálogo con este medio- es que en una de sus primeras intervenciones públicas, el secretario general de la Presidencia (Oscar Parrilli) dijo que el Gobierno no iba a financiar una obra faraónica, como la de Chihuido II”. No hablaba de Chihuido I, es cierto. Pero lo dicho, dicho está.
Baum -que considera cuasi incoherentes los planteos de Todero- viene a confirmar aquello de que la política es el arte de lo posible. El hombre es duhaldista, pero su bloque (el de Unión Popular) es un aliado incondicional del Movimiento Popular Neuquino, que a su vez mantiene una alianza estratégica con el kirchnerismo nacional.
Alianza que -dicho sea de paso- ha mostrado fisuras en los últimos días. Veamos: por un lado, el Gobernador salió a pedir mejores precios para el gas y petróleo; y, por el otro, la delegación local del ministerio de Desarrollo Social de la Nación afirmó que la provincia debe rendiciones de 2008. Pero eso no es todo, ya que en forma simultánea, la subsecretaría de Agricultura Familiar cruzó a Desarrollo Territorial por la licitación en Mari Menuco (como lo había hecho la senadora Nanci Parrilli).
Facturas al margen, lo cierto es que Sapag ya había dicho que “sólo resta que (Cristina) haga el anuncio comprometido”, y que en sintonía con él, Baum propuso declarar de interés legislativo “el urgente e impostergable” inicio de Chihuido I. Es más, en el proyecto que acaba de presentar redactó textualmente lo siguiente: “Vería con agrado que la Señora Presidenta de la Nación anuncie el inicio de la construcción”.
Tal como se ha dicho hasta el hartazgo, ese emprendimiento promete la generación de unos 3.000 puestos de trabajo directos y otros 1.500 a 3.000 indirectos, además de la contratación de empresas locales que también zafarían de aquellos impuestos a los que Todero prometió vigilar.
Aquí, en NQN, el asunto Chihuido es recurrente y una vez más será abordado en la Legislatura. Ahora para tratar un proyecto que vendrá a refrendar lo actuado por el Ejecutivo, ya que así lo exige el pliego de condiciones. “Esperamos que rápidamente en las distintas comisiones pueda ser tratado, a los efectos de tener la disponibilidad para adjudicar y seguir los trámites necesarios para la creación de todos los instrumentos que nos darán la posibilidad de empezar la obra inmediatamente”, subrayó en ese sentido Elías “Gringo” Sapag.
Sostuvo que después de ese aval “no quedaría otro trámite”, más que esperar la decisión de un Gobierno nacional al que Todero le asigna “un interés supremo en realizar estas obras”.
Interés, seguramente sí. Pero no parece tan apurado que digamos. Al menos no en comparación con la provincia que hace ya un par de años difundió una maqueta virtual en la que el inicio de las operaciones se preveía para 2014. La realidad, en definitiva la única verdad, nos muestra que todavía estamos en veremos. O que así estábamos “al cierre de esta edición”.
La nota completa en el Revista La Tecla Patagonia número 82