Impulsan que grandes empresas, bancos, petroleras y terratenientes, abonen un impuesto solidario
El proyecto es del diputado del Frente de Todos, Mariano Mansilla y consistiría en una especie de “Impuesto Patria” como se evalúa a nivel nacional pero de aplicación en la Provincia. Según las proyecciones, se recaudarían 21 mil millones de pesos
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El diputado neuquino, Mariano Mansilla, propone la creación de un impuesto por única vez, al estilo “impuesto patria” que se está considerando a nivel nacional.
La propuesta establece que los sectores económicos más ricos de la provincia de Neuquén abonen por única vez un impuesto extraordinario. En líneas generales abonarán por ingresos brutos el doble de lo que les tocaría abonar este año. Incluye a Bancos y entidades Financieras, Supermercados e Hipermercados, Petroleras y Empresas de Servicios Petroleros, Propietarios de campo de más de 10.000 hectáreas, Personas Humanas con patrimonio mayor a las cien millones de pesos.
La Ley que propone la creación de este Impuesto Solidario Neuquino pretende recaudar veintiún mil millones de pesos ($21.000.000.000), o su equivalente en dólares de alrededor de 350 millones de dólares.
“Toda ética de vivir en comunión, encierra una ética de la solidaridad. Y es justamente, en momentos como el que atraviesa en estos días el mundo entero, donde se hace necesario que aquel valor constitutivo de la organización de la vida humana, se traslade al terreno mismo de la materialidad concreta”, señala Mansilla en los fundamentos de presentación del proyecto.
Y agrega “Nuestra iniciativa se afinca concretamente en la necesidad imperiosa de dotar de formalidad y modos específicos de contribución para sobrellevar circunstancias apremiantes y que ponen en riesgo al conjunto. Se trata de una propuesta para encontrar el cauce a la vocación ineludible de la solidaridad que debe impregnar el sentido de pertenencia a nuestra comunidad neuquina, desde los sectores más humildes y postergados, hasta los más abultados patrimonios locales”.
“Así, en momentos en que nos debatimos entre la vida y la muerte, las necesidades económicas se agudizan y aparecen sus primeras consecuencias: parálisis del andamiaje productivo, retracción de los ingresos públicos y pérdidas de empleo. No se puede obviar que la matriz de nuestra economía, sostenida sobre la base de regalías petroleras, está siendo severamente castigada. Así por ejemplo, se pone en riesgo el sostenimiento del sistema de salud, y con ello, agravadas las condiciones de prevención de la pandemia. Y aquí, no hay ricos ni pobres que puedan salvarse por su cuenta”, explica el legislador entre los argumentos.
Por último, considera que “sin embargo, a pesar de la profunda crisis que golpea a nuestras comunidades y en un contexto de angustia y desesperanza generalizada, el cuerpo social construye alternativas y encuentra oportunidades para desplegar su deseo inherente de salvación. Y se hace fuerte y más fuerte, un lema popular, dicho tantas veces como fue olvidado y desoído: NADIE SE SALVA SOLO”.