8 de marzo de 2022
NUEVOS HALLAZGOS
Un estudio detectó que el COVID puede provocar cambios en el cerebro, incluso en casos leves
Expertos de la Universidad de Oxford descubrieron que la infección causa efectos a largo plazo, como mayor deterioro cognitivo, entre otros cambios.
Un estudio realizado por un grupo de trabajo del Centro Wellcome de Neuroimagen Integrativa (WIN) del Departamento Nuffield de Neurociencias Clínicas localizado en Universidad de Oxford, reveló que contagiarse de coronavirus, aunque sea de forma leve, puede provocar cambios en el cerebro de las personas. Se cree que esta investigación es la más grande de su tipo.
En los análisis, los investigadores descubrieron diferencias significativas en las resonancias magnéticas hechas antes y después de contraer la enfermedad. Incluso, en las infecciones leves, las imágenes evidenciaron que el tamaño total del cerebro se había reducido ligeramente, con menos materia gris en las regiones relacionadas con el olfato y la memoria, en comparación con aquellos que no tenían Covid-19.
"Estábamos observando una infección esencialmente leve, con lo cual notar que realmente había diferencias en el cerebro y cuánto había cambiado en comparación con aquellos que no habían sido infectados fue una gran sorpresa", señaló Gwenaelle Douaud, autora prinicpal del estudio y profesora del Centro Wellcome de Neuroimagen Integrativa de la Universidad de Oxford. Asimismo, los profesionales aclararon que no se sabe si estos cambios son permamentes, pero aseguraron que el cerebro tiene la capacidad de recuperarse.
En tanto los investigadores estudiaron los cambios en los cerebros de 785 participantes en UK Biobank, que tenían entre 51 y 81 años, y se sometieron a dos escáneres cerebrales, con un promedio de 38 meses de diferencia, así como a pruebas cognitivas. En total, 401 dieron positivo por infección de SARS-CoV-2 entre sus dos escaneos, de los cuales 15 fueron hospitalizados. Las 384 personas restantes, que no se contagiaron, eran similares al grupo infectado en edad, sexo y factores de riesgo como presión arterial, obesidad, tabaquismo y diabetes.
El estudio identificó una serie de efectos, en promedio 4,5 meses después de la infección, incluída una mayor reducción en el grosor de la materia gris en las regiones del cerebro asociadas con el olfato. Asimismo, se encontró que el tamaño general del cerebro en los participantes infectados se había reducido entre un 0,2 y un 2%, que hubo pérdidas de materia gris en las áreas olfativas, y en regiones vinculadas a la memoria, y que aquellos que habían recibido el alta recientemente tenían un poco más de dificultad para realizar tareas mentales complejas.