Se vivió una nueva jornada infernal en Francia. La movilización de las unidades de élite de la policía y los antidisturbios, no pudieron detener el estallido de violencia en toda la región.
Entre los atacados por las hordas de manifestantes, se encuentran periodistas de diferentes medios de comunicación. Nada parece poder apaciguar las aguas, a pesar de los 40.000 agentes desplegados por el Ministerio del Interior.
La policía siente que la situación corresponde a un "clima insurreccional”. Dos días después de la muerte de Nahel, y mientras el hombre que le disparó, un policía que alegó defensa propia, sigue en prisión preventiva, Francia ha vivido una tercera noche de disturbios durante la que cientos de jóvenes se enfrentaron a la policía y las unidades especializadas en este tipo de desmanes.
La muerte de Nahel M por un disparo de la policía este martes, provocó disturbios en ciudades de toda Francia, así como en Nanterre, la localidad al oeste de París donde falleció.
Poco después de las nueve de la mañana recibió un disparo mortal en el tórax, a quemarropa, al volante de un automóvil Mercedes por darse a la fuga durante un control policial de tránsito.
Según las autoridades, 667 personas fueron arrestadas este jueves en las protestas por todo el país, en las que los manifestantes lanzaron objetos y pirotecnia contra la policía, incendiando automóviles y mobiliario urbano.
Nahel M, de 17 años, era hijo único criado por su madre, trabajaba como repartidor de comida y jugaba al rugby.