Alerta máxima en el sector pesquero ante la crisis por la temporada de langostino
Empresarios y gremios no logran destrabar el conflicto salarial que paraliza la flota. En Puerto Madryn la preocupación aumenta por el fuerte impacto económico y crece la incertidumbre en toda la Provincia

La cuenta regresiva para el inicio de la temporada de langostino en aguas nacionales se acerca a su fin y la posibilidad de que la zafra fracase es cada vez más real. La falta de acuerdo entre gremios y cámaras empresarias mantiene amarrada a la flota tangonera congeladora y pone en jaque una de las principales actividades económicas de Chubut.
La situación afecta de lleno a Puerto Madryn, donde la pesca del langostino es uno de los pilares de la economía local. Las plantas de procesamiento están casi sin actividad desde marzo, las tripulaciones permanecen en tierra y los comercios ya acusan el golpe de una temporada que no comenzó.
“El impacto ya se siente. La pesca no es una actividad más en Madryn, es una de las principales industrias que tenemos. No nos podemos permitir que no exista la temporada”, alertó el intendente Gustavo Sastre, quien pidió responsabilidad y diálogo urgente para destrabar el conflicto. Anticipó que recibirá a representantes del sector trabajador y se comunicará con autoridades provinciales y nacionales.
En el centro del conflicto está el reclamo de las empresas congeladoras por reducir un 30% el valor de referencia de la producción que se utiliza para liquidar los haberes de los tripulantes. Argumentan que con los actuales precios internacionales del langostino y el ingreso del camarón vannamei en los mercados, la ecuación económica es inviable. “No podemos salir a pescar para perder plata”, repiten desde las cámaras. Los gremios, por su parte, insisten en la vigencia de los convenios colectivos y cuestionan que el tema no se haya discutido en los ámbitos formales.
El panorama no es mejor entre los fresqueros. Aunque con reclamos diferentes —piden más horas de marea y cambios en el plan de manejo— la mayoría ya anticipó que no nominará barcos para la prospección del 28 de mayo. Sin los 20 barcos requeridos (16 congeladores y 4 fresqueros), la campaña de muestreo será inválida y deberá postergarse.
La crisis del sector no solo afecta a la pesca en sí. El efecto dominó alcanza a la logística portuaria, la estiba, los proveedores de insumos, el transporte y, en última instancia, al comercio local. Conarpesa, una de las principales empresas del sector, anunció que no moverá su flota ni abrirá sus plantas hasta que haya condiciones económicas razonables.
“Pierden menos con los barcos parados que con los barcos pescando”, resumen en el sector.
En medio de este escenario, el Ministerio de Capital Humano dictó una conciliación obligatoria tras una medida de fuerza del SOMU, extendiendo los plazos de negociación hasta el 30 de mayo. Pero el tiempo apremia: el 23 vence el plazo para anotar embarcaciones en la prospección, y ninguna de las partes parece dispuesta a ceder.
Mientras tanto, el camarón vannamei de Ecuador avanza en los mercados internacionales y gana terreno ante el estancamiento argentino. El riesgo no es solo económico: también se pone en juego la viabilidad del modelo pesquero nacional.
Puerto Madryn y otras localidades chubutenses viven con preocupación estas horas decisivas. El intendente Sastre advirtió que no descarta asumir un rol más activo si no se encuentra una solución. “Los trabajadores necesitan trabajar. Y esto no hace falta que lo diga yo, lo sabemos todos”, sentenció.