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Zona Franca: los intereses de Costa
El Senador de Cambiemos no puede dejar de lado sus negocios en el sector privado y utiliza sus vínculos políticos para beneficiarse. En Santa Cruz, decenas de comerciantes esperan la habilitación de las zonas francas de Río Gallegos y Caleta Olivia, pero las trabas y la falta de gestión del líder radical impiden el éxito del proyecto que promete grandes beneficios
Por Alejandro De Angelis
Existe un estilo Cambiemos que se replica en todo el país y surge del perfil del propio Presidente Mauricio Macri. Se trata de hombres y mujeres exitosos en el ámbito privado, que saltan a la política para trasladar dicho éxito a la esfera pública. En el traspaso, surgen conflictos de intereses, y los ejemplos se multiplican. El caso presidencial es el más notorio, con el paradigmático acuerdo entre el Estado y el Correo Argentino para condonar una deuda multimillonaria a la firma que pertenecía a la familia del mandatario. En Santa Cruz, el máximo representante de la alianza gobernante, el senador nacional Eduardo Costa, cumple con todos los requisitos “pro”.
Empresario exitoso, Costa llegó a la política para encarnar la renovación y trasladar sus conocimientos en los negocios privados, que le permitieron ser uno de los hombres más ricos de la Argentina, pero nunca abandonó sus inversiones, sino todo lo contrario, multiplicó su fortuna y agrandó su imperio en los últimos años, diversificando la apuesta.
Insaciable, el Senador no dudó en aprovechar sus vínculos políticos para favorecer sus negocios. El caso emblema es la demora en la habilitación de la zonas francas de Río Gallegos y Caleta Olivia, que arruinarían sus planes de monopolizar el mercado santacruceño, especialmente en el rubro automotriz y de materiales de construcción, las principales firmas que posee Costa y sobre las que sostiene su imperio.
Hipertehuelche y el Grupo Costa tambalean ante la posibilidad de la instalación de un espacio donde la mercadería no es sometida al control habitual del servicio aduanero ni a los gravámenes tradicionales, lo que abarata los costos de los productos notablemente, y atrae a los consumidores de la región, como sucede en el caso de la Zona Franca de Punta Arenas, en Chile, a la que miles de patagónicos cruzan cada año.
Desde el Gobierno provincial no dudan en apuntar a Cambiemos y, en particular, a la figura de Eduardo Costa por el retraso en la habilitación del lugar, que ya lleva casi dos años esperando el visto bueno de AFIP y Aduana para comenzar a funcionar.
“La responsabilidad de Costa es política porque es el representante de Mauricio Macri y Cambiemos en Santa Cruz y se tiene que hacer cargo de las decisiones que toma el Gobierno Nacional para con la Provincia”, aseguró a La Tecla Patagonia el Ministro de la Producción santacruceño, Leonardo Álvarez, quién además destacó que el Senador “es parte interesada porque comercializa automotores y vería afectado su negocio”. Asimismo, Álvarez destacó que las zonas francas son una “demanda histórica” de los santacruceños, y precisó que en marzo de este año mantuvieron una reunión con el director general de Aduana, Diego Dávila, y el jefe de la AFIP, Alberto Abad, quienes “se comprometieron a sacar la habilitación en una semana”, algo que finalmente no sucedió, luego de transcurridos nueves meses de aquel encuentro. En total, son 14 los permisionarios que se anotaron y realizaron una inversión para comercializar productos, entre los que se encuentran firmas de Indumentaria (Rofer Wind S.A. y Tsoneka S.r.l.), locales de gastronomía (Dulzuras Patagónicas S.A.) y venta de automóviles (Harasic S.A., Multrigroup S.A.), entre otros. Hace ya dos años que esperan respuestas sobre una obra que a la Provincia le costó 20 millones de dólares.
El pasado 23 de noviembre, el Gobierno emitió una resolución donde solo habilitaba el predio de Zona Franca de Río Gallegos y de manera exclusiva para venta mayorista, rubro en el cual no hay comerciantes inscriptos. “Esto está pensado para la venta minorista, no es una Zona Franca industrial, más allá de lo que puede ser en un futuro”, explicó a este medio el presidente de la Federación Económica Santa Cruz, Guillermo Polke, quien advirtió además que desde la entidad “se trabajó mucho para que los permisionarios que van a estar dentro de la Zona Franca sean PYMES santacruceñas” y que “en muchos casos ya han comprado la mercadería, han armado sus locales dentro del predio ferial, y tienen lo que adquirieron en depósitos fiscales pagando altos costos y con el riesgo que conlleva tener mercadería desde hace dos años”.
Desde el oficialismo provincial lo calificaron como “una burla”. Polke fue un poco menos drástico y se refirió a “una excusa muy vaga” por parte del Gobierno al decir que la habilitación no sale “porque no se ponen de acuerdo los de Hacienda con los de AFIP y Aduana”. Sobre Costa, aunque no quiso hablar sobre sus negocios personales, el titular de la Federación Económica santacruceña aseguró que le “hubiese gustado que se involucre mucho más en este tema y pelear por los derechos de las santacruceños”.
En línea con Polke, la Presidenta de la Cámara de Comercio, Industria y Afines de Río Gallegos (CCIARG), Cristina Aranda, recalcó que “nuestra postura es de espera y ver que esto se pueda solucionar porque tenemos socios que son permisionarios y están interesados”.
Las coincidencias en el retraso y las trabas son demasiado específicas. La habilitación llegó dos años después, y para una categoría que no sirve. Como perla, y para cerrar el círculo sobre Costa, desde enero se sabe de la imposibilidad que tendrá la Zona Franca de comercializar vehículos, el gran negocio del Senador de Cambiemos.
“El tema de la prohibición de venta de autos llama poderosamente la atención, es muy sorprendente que lo hayan bajado justo, cuando Eduardo Costa es el principal empresario automotriz de la provincia y nosotros teníamos permisionarios para ese rubro.”, manifestó a La Tecla Patagonia Silvina Córdoba, Secretaria de Comercio de Santa Cruz. La objeción vendría por el control en la salida de los vehículos de la provincia, aunque la funcionaria aseguró que tienen una propuesta para eso, y recalcó: “tenemos solo dos rutas que cruzan a Chubut”.
El Grupo Costa, ostenta las firmas Eh Motors S.A., Veneto Automotores S.A., Autostop S.A. y 8K S.A., todas ellas propiedad del legislador santacruceño. Dichas concesionarias comercializan las marcas Ford, Chevrolet, Peugeot, Mercedes Benz, Nissan, Citroen, Volkswagen y Renault. Una de las permisionarias de la Zona Franca de Río Gallegos es Harasic Automotores, que se instaló con la promesa de vender autos a siete mil dólares de costo básico, cuando en el mercado interno están a 25 mil dólares, una diferencia que se da gracias al beneficio de no abonar el 35% de aduana para el ingreso al país, ni el 21% del IVA. Toda una competencia para el holding costista.
Lo cierto es que algo cambió en los últimos días en la Provincia. El revés por el fallo a favor de la constitucionalidad de la Ley de Lemas, sumado al desplante de Costa en el Senado en el voto por el Presupuesto que generó grietas hacia adentro de su espacio, hicieron tambalear el liderazgo del multimillonario empresario, que necesita nuevamente mejorar su imagen ante la sociedad.
Casualidad o no, en los primeros días de diciembre el diputado provincial y presidente del bloque opositor, Daniel Gardonio (Cambiemos), presentó un proyecto en la Cámara para que la habilitación de la Zona Franca minorista incluya la venta automotriz para “dinamizar” la economía. “Ahora se están dando cuenta la importancia real para la sociedad, no sé qué película estaban mirando”, aseguró Córdoba y advirtió que “le vieron el rédito político porque cuando modificaron en enero el tema de la venta de autos no dijeron nada”.
Ayer el Ministro del Interior Rogelio Frigerio arribó a la provincia donde mantuvo un encuentro con la Gobernadora Alicia Kirchner. Allí la mandataria, entre otras demandas, le recordó la postergación en la habilitación de la Zona Franca, a lo que el funcionario se comprometió a programar una reunión para resolver el conflicto la próxima semana. Si Costa, algo debilitado, no mete la cola en el medio, el proyecto podría prosperar. Por ahora, los intereses del Senador prevalecen.