23 de septiembre de 2019
ANALISIS
No es una derrota del macrismo, es una victoria provincial
Luego de que las elecciones de la capital neuquina se llevaran todos los flashes de la jornada de ayer, es necesario no desviar el foco de atención, fogoneado desde Capital Federal. Quedarse en el revés para el Presidente es desconocer el proceso de más de 20 años que mantuvo a unos y motivó a otros en la pelea por la intendencia
*Por Sebastián Simonetti
La contundente e histórica victoria del Movimiento Popular Neuquino en la capital no debe ser analizada desde la mirada nacional o meramente local. Ya se escucha por los pasillos de Buenos Aires que esta es otra derrota del Presidente Mauricio Macri. Grave error. Que no ayudó, seguro. Pero este triunfo no estuvo cimentado en la crisis nacional, el foco estuvo puesto en la identidad provincial y por allí se encamina el análisis.
También es cierto que del otro lado no estaba su principal referente en la marquesina, el intendente Horacio "Pechi" Quiroga, de gestión bien valorada hasta por los ajenos. Pero no debe ni puede ser tan llano el análisis. No fue por la debacle de Macri ni por la ausencia de Pechi. Y tampoco alcanzaba claro con el apego provincial, el MPN desplegó todos sus recursos y vaya si lo hizo.
Caminar por las calles de la ciudad era ver la cara de Mariano Gaido cada 30 metros. Y no es una exageración. En los barrios, hasta las casas tenían pegadas en ventanas y rejas pancartas del candidato del partido provincia. Spots, canciones pegadizas y un gran despliegue territorial con fuerte presencia del Gobernador Omar Gutiérrez son algunas claves para empezar a entender este triunfo.
Y no hay que quitarle mérito al candidato. En frente tenía a otro buen aspirante como Marcelo Bermúdez, pero la sensación previa y la confirmación del domingo fue que Gaido le ganó la calle. Por las fotos, por el cariño recibido en las barriadas y en los festejos, el elegido por el MPN para arrebatarle el cetro a Quiroga fue al final de cuentas el más popular, en todas las aristas.
Si se habla de identidad, el MPN es el partido provincial más longevo del país, pero además el único que se mantiene en el poder desde hace más de 50 años. Todo eso también estuvo en juego ayer. Y el aparato, claro. Una inversión fenomenal en publicidad y en campaña en cada punto de la ciudad. Este era el momento para dar el zarpazo y así lo encararon.
Por todo esto también fue el desahogo reflejado en esos rostros anoche. Porque fueron festejos cargados de emoción, por momentos de incredulidad por lo logrado. Muchos de los dirigentes y militantes que hoy ocupan puestos de importancia en la gestión pasaron gran parte de su vida adulta sin que el partido provincial gobernara la ciudad. Eso cambió ayer y comenzó otra página en la historia del histórico partido provincial. Porque fue eso, ni una derrota nacional ni una victoria local: un triunfo provincial.