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Argentina
21 de abril de 2020
NEUQUEN

La vida en Loncopué tras la llegada del coronavirus

La pandemia llegó a este pequeño pueblo y se propagó rápidamente, poniendo en jaque a todos. Vecinos, funcionarios y referentes de la comunidad cuentan a La Tecla Patagonia cómo cambió su cotidianidad

La vida en Loncopué tras la llegada del coronavirus
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La vida en la apacible localidad de Loncopué, ubicada a unos 300 kilómetros de Neuquén capital y de paso obligado para llegar a las Termas de Copahue, cambió radicalmente como consecuencia del COVID-19. El virus llegó al pueblo mucho antes que a otros centros más urbanizados de la Provincia y revolucionó la cotidianidad de sus casi 6.000 habitantes. 

Loncopué -cuyo nombre proviene del mapuche y significa “cabeza de cacique”, ya que era el lugar donde se reunían los “lonco” de cada comunidad- atraviesa hoy uno de los momentos más difíciles de su historia. Fue fundada por decreto el 20 de octubre de 1915. El motivo fue la repoblación del recién creado Territorio Nacional del Neuquén, así como también la protección de las zonas cordilleranas del robo de ganado por parte de pobladores del vecino país Chile.

El coronavirus llegó a la localidad neuquina con la confirmación del primer caso positivo, el pasa do 5 de abril. Se trató de Gabriel, quien se convirtió un día después en el primer fallecido (ver cuadro de Claudio). 

Desde entonces, el número de contagiados fue en aumento y comprende a pacientes desde los 2 años. Hasta el momento tiene 33 casos confirmados, 2 muertes, 18 personas que esperan resultados de hisopados y más de 60 en aislamiento preventivo. La cifra asusta y sigue en aumento. A pesar de tratarse de una pequeña localidad concentra casi el 40% de los contagios provinciales y se transforma en “epicentro” del virus. 

“No hicimos las cosas bien, me hago cargo, y ahora tenemos esta situación que lamentamos mucho”, sostuvo en un primer momento el intendente, Walter Fonseca (MPN). Las medidas en Loncopué se redoblaron. En conjunto con el Ejecutivo provincial de Omar Gutiérrez se prohibió completamente la circulación durante varios días y se extremaron los controles. Actualmente se puede salir solamente a comprar dos días por semana, durante un período corto de tiempo y de acuerdo a la terminación del DNI.

 “En esta guerra, los errores se pagan caros”, dijo el primer mandatario provincial, quien luego felicitó a los vecinos por el cumplimiento de las medidas estrictas que se impusieron. Si bien las autoridades del Ministerio de Salud provincial y la Justicia investigan el origen de los contagios, lo que se sabe hasta el momento es que el foco habría sido un asado familiar para festejar un cumpleaños de un hombre de 64 años: Don Manuel, quien fue el segundo fallecido de Loncopué. Sus hijos habrían estado en los días previos en Las Lajas, donde se dio antes otro caso positivo. Dos datos curiosos que pocos se animan a decir: el asado se hizo días después de decretada la cuarentena obligatoria y Don Manuel era padre de un concejal de la localidad. 

“Esto se destapó de repente, porque cuando se tuvieron que tomar las medidas que el presidente Alberto Fernández anunció, acá se minimizó: durante la cuarentena había gente que se visitaba, se juntaban algunos grupos hasta tarde en la noche, y también organizaron un asado de cumpleaños, que fue donde se contagió mucha gente”, precisó Teodoro Stuardo, edil del Frente de Todos. 

El cambio entre los habitantes se siente con fuerza en todos los aspectos. Vecinos y referentes consultados por La Tecla Patagonia indicaron que el pueblo “está bajoneado”; se vive mucho nerviosismo tanto por el miedo al contagio y el encierro como por la incertidumbre económica.

Una de las principales fuentes de ingresos de la localidad neuquina es la ganadería -actividad que se sigue llevando a cabo de manera parcial-, que presenta en toda la zona la compleja situación estacional en esta época con la trashumancia, el traslado del ganado para realizar la invernada debido a las bajas temperaturas. Por la situación del COVID-19 se dispusieron camiones del Ejército que están ayudando a los ganaderos a transportar a sus animales. Además, entre 500 y 600 vecinos trabajan como temporarios en las Termas de Copahue. La temporada arranca en noviembre y termina habitualmente en mayo, aunque este año se hizo mucho más corta, ya que el complejo cerró el 16 de marzo. Otra gran cantidad de personas dependen del Estado y realizan sus labores en los diversos organismos presentes en la localidad. 

Sin dudas, el coranavirus marcó un antes y un después en la vida de todos, pero en Loncopué, esa sensación de tranquilidad y paz que imprime el ritmo de vida en las pequeñas localidades, desapareció. Hoy es un pueblo asustado, aunque con muchas fuerzas para ponerse de pie y salir adelante en medio de esta pandemia que lo puso en jaque.
 


(Claudio, hijo de Gabrile, primer fallecido en Loncopué) 

“Mi papá era un hombre de pueblo con una vida muy simple” 


Claudio (39) es el mayor de tres herma- nos. Vive junto a su esposa y sus dos hijos en Loncopué y es hijo de Gabriel (68), el primer paciente fallecido por COVID-19 en la localidad. Pertenece a una familia tradicional, todos nacidos y criados en el pueblo. En diálogo con La Tecla Patagonia cuenta quién era su padre y relata cómo fue el proceso para llegar al diagnóstico. Asegura que aún no ha podido empezar el duelo, ya que toda la familia se encuentra abocada a la salud de su mamá y su hermano menor, quienes dieron también positivo, aunque evolucionan de manera favorable.

 “Nos avisan el 5 de abril que papá era positivo. Fue el primero del pueblo. Nos sorprendió totalmente, porque nos parecía algo muy lejano. El viernes anterior (3) lo había llevado a la guardia porque le faltaba oxígeno. Lo dejaron internado por- que los médicos suponían una neumonía. Esa misma noche me avisan que lo trasladaban a Zapala. Horas más tarde me dicen que era positivo. Y el lunes 6 a la madrugada llegó la llamada que nadie quiere recibir”, detalla. Claudio define a su padre como “un hombre simple de pueblo”, y rememora lo que define como “inolvidables” momentos de su infancia en las Termas de Copahue, donde su padre trabajó toda la vida.

“Papá era jubilado del Ente Provincial del Termas de Neuquén, la empresa estatal que tiene la explotación de las Termas de Copahue, que son, y lo digo con mucho orgullo, las mejores del mundo. Tengo una historia muy especial con las termas, porque toda mi familia trabajó allí y, además, pasamos gran parte de nuestra infancia; navidades, fines de año y Reyes. He pensado en los últimos días en la forma en que se fue mi papá. Con mis hermanos hemos tenido algunas veces estas charlas existenciales. Los papás se van poniendo grandes y es el ciclo de la vida, pero así y todo, uno no está preparado para el momento; y mucho menos en el contexto en que se fue el mío, porque se fue solo, sin compañía”, expresa el hombre.

“El 25 de abril sería su cumpleaños. Cumplía el mismo día que mi mamá. Se llevaban cinco años de diferencia. Este año va a ser muy duro, porque siempre los festejaron juntos”, agrega Claudio.

Padre Jorge D´Orfeo (Párroco de la localidad) 

“Que este tiempo sea un tiempo de reflexión”


“Estamos viviendo una situación muy complicada a raíz de la inconsciencia de algunos vecinos. Ahora, eso ya está, tenemos que seguir cuidándonos y teniendo fe para salir pronto de esto”, dijo a La Tecla Patagonia el padre Jorge D’Orfeo.

 Además destacó la solidaridad que ha despertado el coronavirus. “Se han unido muchos vecinos para ayudar a otros vecinos. Con el lema ‘Loncopué Solidario’ estamos recibiendo donaciones, realizamos bolsones y después los voluntarios reparten entre las familias con necesidades o que están aisladas. El ánimo es de mucha sensibilidad. Estamos tratando de brindar contención desde mensajes en las radios, las redes sociales y otros medios, para que sepan que no están solos, para decirles que no pierdan la fe y la esperanza, porque vamos a salir adelante. Quiero dejar un mensaje para las personas de fe, para que este tiempo sea un tiempo de reflexión, para ver qué estamos haciendo de nuestras vidas, cómo nos estamos relacionando y ver qué cosas podemos mejorar”, expresó el sacerdote.

Noberto Guerrero (Periodiosta FM Arco Iris) 

“Se generó una especie de psicosis entre los vecinos” 


“Se habló primero de que todo esto habría tenido origen en una juntada, aun- que no está claro cómo fue el contagio. Se dice que habrían compartido unos mates. Esta fue la familia del primer fallecido en la localidad. Luego me comunico con la segunda familia, que había participado de ese encuentro y, aparentemente, tanto la madre como el hijo habrían tenido síntomas. En el medio tuvieron una comida entre pocos para celebrar un cumpleaños, ocho o diez personas, donde, según se cree, se habrían contagiado más personas”, cuenta el periodista local a La Tecla Patagonia. 

Respecto a cómo afectó esta situación a la vida del pueblo y las medidas que se vienen tomando desde el primer momento, Guerrero expresa: “Esto cambió totalmente la vida cotidiana, aunque sigo recibiendo muchos llamados de vecinos con quejas sobre la cantidad de gente que todavía se ve en la calle; esto no pasó durante la cuarentena total que se impuso pero que ya terminó. Ahora hay días para salir a hacer las compras. La verdad que desde el primer momento se tomaron medidas de recaudo desde las autoridades. Lo que pasó generó una especie de psicosis entre los vecinos, que al principio estaban muy relajados, y, lamentablemente, pasó lo que pasó”.

Marita Villone (Exintendenta – Diputada provincial) 

“Loncopué se está poniendo de pie y va a salir adelante”


“Hay mucha gente que no está trabajan- do, que no puede salir a hacer sus changas; todo esto que pasa en todos lados se agrava porque en Loncopué, directamente, no se sale. Se establecieron días para realizar las compras. Pero todo esto es un aprendizaje para todos. Se vive en el pueblo una enorme sensación de angustia”, dijo Marita Villone a La Tecla Patagonia.

 La legisladora del MPN se mostró crítica con ciertos medios nacionales que distorsionaron la información. “Algunos medios dijeron que hubo una fiesta de 40 personas, y la verdad, no fue así. Existieron algunas reuniones entre familiares, que es lo que se está investigando. Por ese motivo vuelvo a pedir que respetemos a la gente de Loncopué, porque si se dicen cosas que no son y que no fueron, se le falta el respeto; más que nada a aquellos familiares que han perdido seres queridos”, indicó.

 “Creo que todos sentimos en un principio que era algo lejano, que no nos podía pasar; Loncopué está a más de 300 kilómetros de la capital. Pero llegó. Por eso se han tomado medidas desde el primer momento tanto a nivel nacional como provincial y municipal”, agregó Villone. 

Por último destacó el acompañamiento al pueblo desde diversos puntos del país. “Se ha despertado algo muy lindo. El otro día pedí en las redes un aplauso solidario para Loncopué, y la verdad que hubo un gran aplauso de aliento para el pueblo. Es un momento muy difícil y triste para nuestra localidad, pero, así y todo, Loncopué se está poniendo de pie y va a salir adelante porque es una comunidad firme, con fortaleza”.

Rolando y Gustavo (Vecinos de la localidad) 

“Nos confiamos, pensamos que por ser un pueblo, no nos iba a pasar” 


“Muy despacito pero vamos saliendo. Lo estamos tomando con tranquilidad, pero tenemos que prestar atención nosotros, porque, si no, esto no se va a cortar. Las medidas que están tomando, gracias a Dios, ayudan”, relata Rolando, vecino del pueblo, en diálogo con La Tecla Patagonia. Rolando tiene casi 60 años, es empleado municipal y no trabaja desde el 20 de marzo. Dice que pasada esta situación intentará jubilarse. Se encuentra aislado en su casa junto con su esposa y pide ayuda a familiares para salir a hacer las compras, debido a que ambos son pacientes de riesgo, por su edad. “Yo siempre digo que la preocupación no ayuda; sí cuidarse, pero no preocuparse, porque si te tiene que pasar algo, te va a pasar. Esto depende de la gente, hay que ver qué hace, porque si la gente no sale, no pasan las cosas”, asevera. 

Gustavo, otro vecino de Loncopué, expresa a este medio cómo está atravesando esta situación y cuál es el ánimo entre los vecinos. “Estoy encerrado, no salgo a ningún lado. Lo estoy viviendo como todos, con muchas ganas de que esto pase pronto. La vida del pueblo se modificó en todo sentido. Nosotros somos un lugar chico, donde todos nos conocemos. Y esto nos cambió la vida, desde lo cotidiano en cada casa hasta todas las actividades que se hacen en el pueblo”, afirma.

Agrega: “La gente está irritable con todo esto; te ponen horarios, por ejemplo, para salir a comprar, y si salís cinco minutos, después la gente se enoja; está todo muy susceptible. Lo que pasó es que nos confiamos, pensamos que, por ser un pueblo chico y alejado, esto no nos iba a llegar; nos equivocamos”, culminó el vecino.


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