La Tecla Patagonia
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Por Alejandro De Angelis
Ya no es novedad que la pandemia trajo consigo una profunda crisis económica, producto de la necesaria parálisis de la actividad en todo el país, lo que se tradujo en una importante reducción de ingresos reflejada desde la base de la pirámide social, hasta su cúspide. Reciben menos los ciudadanos, y por consiguiente recibe menos el Estado. La rueda se detuvo, y las consecuencias comienzan a ser cada vez más importantes.
En ese plan, las provincias de la Patagonia atraviesan el desafío de sostener el pago de salarios de a los trabajadores del Estado, que en la región comprenden una importante porción del total de la masa activa. En algunos distritos, la preponderancia del empleo estatal es tan significativa que motoriza al resto de la economía. De allí la relevancia del pago de salarios.
En la región, la estrepitosa caída del precio del barril que se traduce en una notoria disminución de los ingresos por regalías aporta un condimento que agrava aún más el escenario de crisis.
Ante ello, lo primero que hicieron los Gobernadores fue ir a golpearle la puerta al Gobierno nacional, demandando mayores fondos para afrontar los gastos ante la caída de ingresos. Y Nación respondió, con envíos de Aportes del Tesoro Nacional a través del Ministerio del Interior, que se dieron en marzo y abril y seguirán ingresando en mayo, y la apertura a la toma de “créditos blandos” a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP), por 60.000 millones de pesos. Todo ello sumado a los fondos coparticipables por impuestos.
Realidades distintas
Chubut es la provincia con mayores complicaciones en la actualidad. Ya venía con retraso en el pago de salarios previo a la parálisis por el coronavirus, y el panorama actual solo agrava su situación. Con la colocación de Letras del Tesoro que realizó a mediados de abril el Gobierno provincial, la gestión de Mariano Arcioni se hizo con los fondos para afrontar el pago de salarios a todos los trabajadores del sistema de Salud, encuadrados por decreto dentro del “personal esencial”.
Del resto de los trabajadores, divididos por rangos según sus ingresos, una parte terminó de percibir los sueldos de febrero recién hace algunos días —el 21 de abril— y aún no hay certezas respecto del pago correspondiente a los meses siguientes, en una situación extrema que llegó al punto de impedir el funcionamiento de la Legislatura por una medida de fuerza de sus empleados. Además de salud, marzo cobró el primer rango y auxiliares segundo rango.
En Santa Cruz, hasta no hace mucho una de las provincias con más inconvenientes para cumplir con el pago en tiempo y forma de sus salarios, el Ejecutivo que conduce Alicia Kirchner previno la situación y tramitó el endeudamiento habilitado por Nación a través del Fondo Fiduciario, por alrededor de 2000 millones de pesos, para hacer frente a los sueldos. Allí también se incluirá a los Municipios, que requieren ayuda de la Provincia para cumplir con sus trabajadores. Todo, quedará supeditado a la autorización de la Legislatura que, con mayoría del Frente de Todos, votaría de manera virtual en favor de la toma de deuda.
En Río Negro, las alarmas se encendieron en la última semana de abril. Desde el sindicato de ATE advirtieron sobre rumores que hablaban sobre un posible retraso en el pago de salarios, mediante un esquema escalonado, similar al que se aplica en Chubut desde mediados del año pasado. Sin embargo, fue la propia Gobernadora la encargada de desmentir dichos rumores, ratificando en reunión virtual con los dirigentes sindicales el depósito en tiempo y forma. El cronograma comienza el 5 de mayo con Salud y finaliza el 9 con los otros poderes del Estado.
Las Comunas viven una realidad distinta. En Fernández Oro el intendente Mariano Lavin anunció el desdoblamiento del pago salarial a los trabajadores de la municipalidad. Es el primer Jefe Comunal en la provincia que toma esta determinación, aunque no se descarta que otros lo imiten, ante las dificultades de afrontar el pago.
En Neuquén, el Gobierno evalúa la posibilidad de pagar los salarios de abril sin los aumentos acordados en la última paritaria. Se trata de un incremento de alrededor del 8%. La masa salarial de los trabajadores de los tres poderes del Estado representa una erogación mensual de unos 8.000 millones de pesos, apenas 900 millones menos de lo que ingresará en abril a la Tesorería de la provincia, según los cálculos del Ejecutivo. Si se otorgara el aumento, Gutiérrez debería contar con al menos 340 millones de pesos más.
Mal antecedente
Los sindicatos, con mayor presencia de ATE en las provincias, pugnan por evitar que se registre un antecedente negativo que pueda prolongarse en el tiempo. El no pago de aumentos acordado con anterioridad en paritarias o un esquema de desdoblamiento o abono escalonado, pueden terminar por ser una solución definitiva para los Gobiernos.
Sin embargo, tensar de la cuerda podría ser contraproducente. Por ahora, los Ejecutivos muestran los números y piden comprensión, al tiempo que apuran a Nación por más asistencias. Los trabajadores, por su parte, presionan hasta donde consideran necesario, sin perder de vista que la crisis puede ser aún mayor, y viendo de reojo los despidos del sector privado.
Todo hace indicar que, con más o menos complicaciones, los sueldos de abril estarán garantizados. La cuarentena seguirá hasta el 10 de mayo con posibilidad de extenderse, como paece que sucederá. Habrá que ver si los Gobiernos encuentran nuevos mecanismos de recaudación e ingresos, o si la crisis se profundiza y se corta el hilo por lo más delgado: los trabajadores.