Tirón de orejas para varios en un discurso encendido que dejó algunos enojos
Durante más de una hora y media, el gobernador Ignacio Torres, dio cuenta en la Legislatura del estado de situación de la provincia. A la exposición no le faltaron chicanas, retos y hasta chistes. No todos salieron contentos. Lo que dejó la apertura de sesiones
Compartir
Las calles de los alrededores de la Legislatura de Chubut comenzaron a marcar el pulso de la jornada cerca de las dos de la tarde cuando varias columnas movilizadas por los gremios e intendentes se instalaron con los clásicos bombos para darle color a lo que sería una apertura de sesiones a la que no le faltó picante.
Fiel a su ímpetu avasallante, Torres habló durante más de una hora y media, sin discurso escrito, con un punteo de temas y con muchos condimentos propios. La alocución fue sin dudas más entretenida y ágil que otras, aunque hubo algunos olvidos en los ejes, que después el mandatario debió mencionar en rueda de prensa.
Lo primero que llamó la atención y que se llevó momentos de emotividad fue la decisión de sentar en las dos primeras filas a los brigadistas y bomberos que este año tuvieron una durísima tarea en la provincia. El recinto se vino abajo de aplausos cada vez que se los mencionó.
Lo que para algunos fue una decisión bien tomada, en otros generó malestar. No había lugar para todos. El gabinete quedó relegado, más allá de las menciones de Torres durante el discurso para con varios de ellos. Estuvieron ubicados en una de las bandejas laterales, apretados y parados, salvo alguna excepción que tuvo lugar dentro del recinto. De hecho, cada vez que el Gobernador los nombraba, los ministros salían de entre las sombras para quedar visibles. Nadie lució.
Capítulo aparte sin dudas hay que dedicarle a las chicanas y tirones de orejas para la oposición. El primer momento se dio con el diputado nacional José Glinski de Unión por la Patria a quien Torres fingió desconocer, "¿Cómo te llamabas vos?, ¿el que se está tocando el pelo? ¿José cuánto?". La respuesta fue un silencio de segundos, pero que pareció eterno y una mirada fulminante.
Torres reconoció el trabajo legislativo de la oposición y el acompañamiento en proyectos muy importantes enviados a la Legislatura, pero no perdió oportunidad para facturarles algunas cosas. Otro momento que incomodó a la bancada peronista fue cuando se refirió al diputado Juan País como "por ahora opositor", insinuando que podría pasarse al oficialismo.
Las referencias al antiguo accionar de la Legislatura con palos hacia otras administraciones y también en relación a algunos municipios fue otro de los momentos que generó molestias y que transformó algunas de las caras presentes.
En otro tramo de su alocución, el Gobernador hizo un paréntesis y advirtió a los presentes, que quien fuera agarrado mirando en celular mientras él hablaba, sería puesto en evidencia. Referenció allí dos veces a un reconocido empresario de medios, quien deslizó una sonrisa de compromiso ante tal incómoda situación.
La tensión escaló cuando se refirió a los docentes. Torres reivindicó el ítem de "profesionalidad docente", que premia la asistencia a clases, y respondió con dureza a las críticas de un sector gremial que lo consideró "extorsivo". "¿En qué trabajo si no vas a laburar, cobras igual?", preguntó.
Pero la situación más dura llegó cuando Torres denunció que un sector del gremio lo denunció penalmente bajo la insólita acusación de que Chubut estaría "financiando la guerra en Palestina" por un acuerdo con una empresa israelí. "Estos delirantes son parte del problema. Si quieren defender a Palestina, que se vayan a la Franja de Gaza, acá no los queremos", disparó.
El día anterior, en un gesto histórico Torres se había puesto al frente de las negociaciones paritarias docentes. Para muchos con este discurso, el mandatario borró con el codo lo que escribió con la mano. Habrá que esperar una horas para ver cómo decanta.
El provincialismo fue el hilo conductor de todo el discurso. Remarcó, pensando en el año electoral que arranca, la necesidad e importancia de contar con manos en el Congreso de la Nación con las cuales no solo legislar para la provincia sino también negociar con Nación.
La apertura de sesiones dejó mucho para analizar y las repercusiones seguirán dando que hablar durante los próximos días. Lo que quedó ratificada es la impronta que busca marcar Torres a su gestión con un estilo de conducción descontracturado desde el protocolo y lo discursivo, pero tradicionalista desde las teorías de construcción de poder.