10 de abril de 2014
NEUQUéN CAPITAL
Isla de la discordia, chau al sueño de los ladrillos
El Concejo Deliberante acordó la prohibición de viviendas en la
Isla 132. La frustración fue para el intendente Horacio Quiroga, quien propiciaba el desarrollo inmobiliario
El lord mayor de NQN City, intendente Horacio “Pechi” Quiroga, sigue acumulando derrotas. Y a la cosecha 2013 -rica en fracasos electorales- acaba de sumarle lo que bien podría interpretarse como el certificado de defunción a sus intenciones de habilitar la construcción de viviendas en la Isla 132.
Administrada por Cordineu -ente en el que confluyen los Estados provincial y municipal- la Isla es uno de los parajes más codiciados por los desarrolladores inmobiliarios en el Valle todo. Y también fue la piedra del escándalo con el concejal Gastón Contardi, quien rompió el bloque oficialista (NCN) y formó uno propio (UCR), apoyado en su convicción de no urbanizarla.
Aquello sucedió en diciembre, cuando parte de la oposición -a la que acompañaron Contardi y la también ex quiroguista, Valeria Neculqueo- hizo que el proyecto naufragara en el recinto y volviera a comisión. Ahora, el MPN logró que uno suyo -que prohíbe esas construcciones y que va rumbo a su aprobación- lograra hasta el respaldo de un resignado NCN.
¿Negocios frustrados? En ese sentido, la Mesa provincial del ARI interpretó que “la fortaleza de los intereses en juego, que defendía el oficialismo municipal, quedó demostrada con la crisis que sufrió su bloque”. Mientras que el concejal de ese partido Juan José Dutto aseveró no tener dudas de que los desarrolladores “van a ser compensados”; y alertó sobre el viejo truco del tero (ver recuadro).
En su campaña contra la proliferación de ladrillos, el ARI y Libres del Sur habían logrado unas 7.500 firmas de vecinos y hasta habían advertido sobre un pedido de consulta popular que ahora no será necesario, dado el respaldo a la propuesta del MPN que sigue con los reproches.
Dice que un sector del oficialismo “aprovechó” este asunto para dirimir desavenencias intestinas. Y, sin vueltas, el concejal Osvaldo Llancafilo le pega a Contardi: “Qué discurso vamos a ensayar ahora para proyectarnos a la Intendencia en 2015”, ironiza.
En fin, el hecho es que más allá de la frustración del lord y de la satisfacción de Contardi -“¡Valió la pena”!, exclama- la nueva iniciativa (complementada con aportes del Interbloque del Frente y la incorporación del Parque Natural Sur, propuesta por NCN) impedirá que se extienda más cemento hacia la ribera del Limay.
El proyecto también le suma 3 hectáreas de reserva natural a la Isla que hoy tiene 30 y limita las edificaciones hoteleras, gastronómicas y administrativas, que no podrán superar los 9 metros de altura. Al tiempo que en las 550 hectáreas de influencia de Cordineu se habilitarán lotes a partir de los 400 m2 de superficie.
El costo para el lord fue alto. Primero perdió dos concejales (le quedaron tan sólo tres). Y ahora ve cómo son otros
los que protagonizan la agenda de cara a ese 2015 electoral que tanto lo obsesiona.
Nota completa en edición Nº 184 de revista La Tecla Patagonia.