La Tecla Patagonia
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Las provincias de la región patagónica han sido gravemente afectadas por el periodo de sequía más largo en la historia de la zona, situación que se ha empeorado por la escasez de lluvias y nevadas en la región. La realidad es crítica, pero algunas de ellas, como el caso de Río Negro, ya abrieron el paraguas.
El Subsecretario de Infraestructura y Recursos Hídricos, Fernando Curetti confirmó a La Tecla Patagonia, que se están “previendo algunas obras para encauzar el curso hacia las tomas de agua potable”, para lo que ya se han reunido con los intendentes para “evaluar analizar la situación ciudad por ciudad”.
De momento, la realidad está apaciguada por la rápida declaración de la emergencia que permitió establecer un control sobre los caudales de agua con los que se trabajará sobre tres ejes hídricos claves:riego, consumo y generación de energía.
Aquí es donde aparece con fuerza el nombre del Plan Castello, que con una obra ejemplar de cloacas le permite tener un colchón de agua tratada para riego a la provincia. Cabe destacar que, el agua utilizada para estos fines equivale a un 70% del consumo total.
Las autoridades provinciales saben que no será para nada fácil. Hija del cambio climático y del calentamiento global que afectó a latinoamérica, desde hace unos 13 años que la nube negra de la sequía está posada sobre la región y lo hará al menos por tres meses más. Por lo que la realidad parece profundizar aún más.
"Las obras del Plan Castello tienden a mitigar la crisis porque ya no se vuelvan los efluentes cloacales sobre los ríos, cuidando el agua”, explicó Curetti. Sin embargo, no radica en eso la importancia ante esta crisis. El buen tratamiento a los desechos de la provincia, permite que tras un tratamiento especial, las aguas cloacales puedan ser utilizadas para riego.
Esto es clave en un doble sentido. Por un lado, no solo no se desperdicia el agua “cruda” y potable para riego, sino que “se aprovechan el nitrógeno y el fósforo tratado naturalmente en los desechos
De todas formas, el equipo encargado de tratar la situación, ya empezó a poner el foco en los principales puntos de la provincia. De momento, el que más complicado está es Bariloche. Allí trabajarán sobre el curso del Río Ñireco, que se encuentra “prácticamente seco”. Vamos a capturar agua de los lagos para reforzar la zona del alto de Bariloche”, concluyó Curetti, quien de momento, parece haberse anticipado a la situación.