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Jueves, 21 noviembre 2024
Argentina
26 de mayo de 2022
INFORME

S.O.S Ovejas: la actividad en alerta

Con una crisis recurrente por la falta de lluvias y la venta de campos para la producción de energías renovables, la ganadería ovina está quedando estancada en la zona de la Meseta Patagónica. No hay inversiones y la Ley Ovina no es suficiente

S.O.S Ovejas: la actividad en alerta
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El paisaje de la meseta patagónica está cambiando y donde se veían los extensos campos llenos de ovejas ahora se pueden observar grandes molinos de viento levantándose en el horizonte. Una transición inevitable hacia la energía eólica y la generación de hidrógeno verde, que a pesar de prometer para la economía del futuro de la región, se está presentando con dificultades para los productores agropecuarios, especialmente para los ovinos. 

El fenómeno del paso a energías renovables socava en una crisis que persistente hace unos años en el sector. Desde hace 5 años, cuando se registró el precio más alto de la lana –entre unos 6 a 7 dólares el kilo de una finura de 20 micrones-, su desarrollo ha ido disminuyendo y las preocupaciones de los trabajadores ovinos no paran de crecer, porque entre menos producción, menos rentabilidad, lo que implica una reducción significativa en la inversión para mantenerse al día con el ritmo de la economía. No se pueden renovar instalaciones, no se pueden colocar nuevos alambrados y tampoco se puede comprar genética, esas son los principales reparos que hacen los referentes de las asociaciones rurales cuando se les consulta por su situación.



En unas semanas se llevará a cabo un nuevo censo anual en el ámbito agropecuario en la zona, pero ya se espera que las cifras arrojen que de los 3.300 productores registrados solamente en Chubut, el 85% posea campos con menos de 2.000 ovejas, que de acuerdo con los líderes del sector, se está muy por debajo del punto de equilibrio para que la venta de lana sea rentable. 

Como si fuera poco, el factor climático no está ayudando tampoco, en el último par de años en la sequía ha sido tan llamativa que por primera vez los pozos en los que abundaba agua, se están secando, lo que perjudica integralmente a la producción.

Si bien el Estado nacional está impulsando al sector con la Ley Ovina, que en su última modificación se estableció un presupuesto cercano a los 140 millones de pesos en financiamiento para los productores, algunos se resisten a tomar el dinero por el miedo a que la baja rentabilidad no les permita devolverlo, a pesar del bajo interés frente a otros prestamos tradicionales. A esto se le suma el gran corte de ganancias provocado por el mercado de divisivas, ya que el 90% de la producción lanera se exporta y la cotización del dólar para la venta es casi un 70% menor al dólar que se usa para comprar insumos.

La venta de campos para la producción eólica no solo preocupa a los ovinos por la reducción de animales, sino que también al haber menos ovejas proliferan predadores como el zorro colorado y el puma, que siempre han sido una amenaza en la zona, pero ahora se está convirtiendo en una problemática incontrolable.

Sobre la situación de los ovinos en la meseta patagónica, enfocándose en la Provincia de Chubut, La Tecla Patagonia estuvo en diálogo con Osvaldo Lujan, Presidente de la Federación de las Sociedades Rurales de Chubut; Ricardo Irianni, Presidente de la Sociedad Rural Valle; y Leonardo Jones, Presidente de la Sociedad Rural de Esquel.

Osvaldo Lujan, Presidente de la Federación de las Sociedades Rurales de Chubut
“Hemos tenido un problema climatológico en los últimos años realmente importante de sequía que ha provocado una disminución del sector ganadero que preocupa”




En conversación con La Tecla Patagonia, Lujan se mostró expectante por el la situación climática de lo que queda de 2023 “Esperamos que este año tengamos más lluvias, lo que promete una recuperación de pastizales”.

Sin embargo, ese fue uno de los pocos puntos sobre los que el dirigente rural expresó cierto optimismo, ya que sobre lo económico: “El sector se ve en un punto de equilibrio dentro de los establecimientos ganaderos. El 80% de los productores de Chubut no supera los 2.500 animales, lo que afecta seriamente el equilibrio entre los ingresos y los gastos”, a lo que agregó: “Esto es mayormente perjudicado por una diferencia de cambio importante de lo que se paga el dólar exportación con respecto a un dólar de costo con los insumos, acompañado por un proceso inflacionario importante”.

Sobre la disparidad cambiaria señalo: “El precio de la lana, en particular, no es un mal precio históricamente, pero ese dólar transformado de lo oficial a lo real de un 80% hace que los ingresos se vean disminuidos de forma importante en casi la mitad”.

“Nosotros dentro del sector no tenemos capacidad de pago para cancelar las tasas de interés que están en el mercado, por lo tanto la única herramienta financiera que tenemos hoy es la Ley Ovina, que viene con fondos de Nación, con un interés muy reducido y posibilita llegar a cierta cantidad de productores, pero ese monto es escaso, aunque la hemos mejorado notablemente este año y pasamos de 20 o 25 millones de pesos a 130”, por lo que reparó que “a distribuir en 3000 productores no es muy importante”.

Acerca del plano laboral y las dificultades del vaciamiento de los campos, Lujan comentó: “El empleo se ha visto reducido básicamente por el cierre de algunos establecimientos, y esto afecta también a los vecinos, por el hecho de tener campos abandonados aumenta la cantidad de predadores como el puma y el zorro colorado”, y sobre la compra de terrenos afirmo: “Se han vendido campos para invertir en molinos eólicos y la producción de energía relacionada al hidrógeno verde, estos campos se han vaciado por una cuestión legal, fuera de toda lógica, que establece que para la producción eólica deberían estar vacíos, eso lo estamos discutiendo en la Secretaria Legal y Técnica a nivel nacional”.
 
Ricardo Irianni, Presidente de la Sociedad Rural Valle del Chubut
“En los últimos meses se ha intensificado la venta de campos, tanto como los que están cerrados como los que están en actividad, cuyas ovejas fueron vendidas y finalmente terminaron clausurando”



En concordancia con su par de la Federación, Irianni sostuvo en diálogo con La Tecla Patagonia: “Lo que se está viendo en los últimos años es un despoblamiento, un cierre de campos, un abandono de la población ganadería extensiva por distintos motivos como la falta de rentabilidad. Lo que hace que no se pueda mantener el personal y no se puedan hacer los trabajos adecuadamente”, a lo que expone otro problema: “Habitualmente en los trabajos de control de los predadores para proteger a las ovejas, había una colaboración entre los vecinos para disminuir los gastos, que ya no existe porque quedan cada vez menos”.

Asimismo, reiteró: “También es que hay fundaciones que dicen querer cuidar la fauna patagonia y el medio ambiente, compran los campos para cerrarlos y esos lugares son nuevamente en los que no hay actividad ganadera, ovina, genuina, se multiplican los predadores y van a comer donde están los vecinos”.

Acerca de la encuesta ganadera anual a realizarse en los próximos meses, el referente rural estimó que “aquí en Chubut hay 3.300 productores o unidades productivas registrados en el Senasa, que pueden hacer operaciones de compra y venta de lana y haciendas, de los cuales el 85% tiene menos de 2.000 ovejas. Seguramente los 160 o 170 productores que tienen más de 3.500 ovejas deben estar más reducidos ahora”.

En términos de empleo, Irianni mencionó: “Solamente en los campos grandes se tienen colaboradores, personal registrado, en el resto trabajan familias”.

“El otro problema principal tiene que ver con el tipo cambiario. Basta con hacer un número simple para ver que el Estado Nacional se queda con casi la mitad de lo que produce un ganadero. Y esto afecta a cualquier productor, sea chico o grande, porque hoy se vende la lana con un dólar a 110 pesos cuando el precio real es mucho más elevado. Hablamos en dólares porque el 90% de la lana se exporta”, comentó sobre la cuestión del tipo de cambió, que se ha vuelto recurrente sobre el tipo de cambio, al que aseveró: “Lo que está sucediendo es una brutal transferencia de recursos porque el Estado se está quedando con casi 4 millones de pesos de la producción, solamente está devolviendo migajas y el Gobernador siempre tiene que salir a pedir plata”.

En esa línea, sugirió: “Cualquier productor que reciba con un dólar más adecuado a la realidad podría hacer más inversiones porque le daría una mejor rentabilidad”, y agregó: “Lo del dólar es una política nacional que no se entiende cómo se mantiene en el tiempo, porque distorsiona toda la actividad económica y no se puede planificar en términos de costos e ingresos”

Finalmente en relación a la Ley Ovina, el ruralista propuso que“la Ley se tiene que revisar para que los fondos se destinen a otros aspectos como el control de enfermedades y ayuda para capacitaciones. Es una buena herramienta sobre la que se tiene que seguir trabajando”. 

Leonardo Jones, Presidente de la Sociedad Rural de Esquel
“Hay un 90% de productores que no están teniendo rentabilidad, eso significa que es muy difícil amortizar las inversiones que se tienen que hacer”



En charla con La Tecla Patagonia, Jones contó: “Estamos en una región árida y ante estas crisis que son recurrentes, los pozos de agua que nunca se habían secado, se están secando. La situación del último año ha sido muy crítica,  no solamente por la falta de agua para el desarrollo forraje, sino también para la bebida”.

Para el dirigente, por la poca rentabilidad no se pueden hacer inversiones “como mantener los alambrados, los corralones, los puestos, las instalaciones. Entonces si a uno le cuesta mantener eso, ¿cuánto más va a costar hacer las inversiones nuevas?”, a lo que acusó: “Es muy difícil hacer inversiones nuevas para solucionar problemas de agua, alambrados, caminos internos para controlar los predadores, etc”.

“Una actividad que no produce rentabilidad, es una actividad que no está generando empleos nuevos. Hace cuatro o cinco años, cuando la lana superó valores normales, el sector se dinamizó muchísimo y generó más empleo de manera directa, pero sobretodo de manera indirecta porque es ese momento se pudieron hacer inversiones como renovar instalaciones, hacer perforaciones nuevas, poner alambrados nuevos, adquirir genética” consideró.
  
Sobre la venta de campos con fines de energías renovables, el ruralista comentó: “Cada productor tiene la libertad de vender el campo cuando lo decida. Lo que sucede es que, por una normativa nacional, no se puede desarrollar ninguna otra actividad en los campos que se compran para otro uso. El campo tiene que vaciarse y entonces se deja de combatir a los predadores, que afecta a los vecinos de al lado. Ese es el perjuicio real que notamos nosotros”.

Para concluir, acerca de la consulta en relación a la Ley Ovina, Jones se mostró favorable: “Ahora con la Ley Ovina estamos trabajando con un presupuesto de 140 millones de pesos anuales y tenemos proyectos presentados que están por encima de ese monto, así que estamos seguros de que lo vamos a ejecutar completamente y también tenemos proyectos en caso de que alguna otra provincia no pueda ejecutar para tomar parte de ese presupuesto. Lo que falta es la cuestión burocrática para que de aquí hasta el 31 de junio se hagan los desembolsos en tiempo y forma”.
 

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