El tres de marzo del 2000, el músico se arrojó desde el séptimo piso de un hotel mendocino y cayó en una pileta olímpica. Tras zambullirse, expresó "fue la primera cosa deportiva que hice en mi vida".
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Durante los años noventa, Charly García supo protagonizar escándalos en sus recitales como también mantuvo una relación polémica con la prensa. Asimismo solía dejar los escenarios antes de tiempo.
El tres de marzo del 2000, el músico daría un show con Mercedes Sosa y Nito Mestre por lo que debió viajar con destino a Mendoza. La idea era que fueran parte del ciclo Argentina en vivo producido por la Secretaría de Cultura del Gobierno de Fernando De La Rúa.
Luego del espectáculo, García y sus amigos fueron a un bar en donde se desató un escándalo. Sucedió que una mujer le pidió un favor, ante una negativa respuesta, le arrojó un vaso de whisky en la cara al cantante. Se armó un revuelo en el que se lanzaron sillas y botellas, luego el grupo se trasladó al hotel Aconcagua que los hospedaría.
Al día siguiente, Charly fue citado a declarar al juzgado y trasladado a una penitenciaria en donde fue considerado como un ciudadano más a lo que reclamaba que era un genio y merecía otro trato. A las horas mediante un fuerte operativo policial regresó al hostal. De esta manera, sin dormir, frenético y sin tomar consciencia, el astro se arrojó por la ventana de su habitación en el séptimo piso y cayó en la pileta olimpica del lugar.
En ese momento, el mandatario Alberto Flamarique estaba por brindar una conferencia de prensa en el mismo recinto por lo que el lugar estaba repleto de cámaras, movileros y comunicadores. Al instante, ya se sabía la hazaña del músico, por lo que el discurso político quedó opacado.
Cuando la guardia periodística se acercó, el músico afirmó que era su hazaña deportiva. Además afirmó “lo hice muchas veces. Me gusta tirarme. Siento vacío y después el agua mojada”.